Historia del agua corriente en Uruguay: Fynn, Lanús y Lezica
HISTORIA
En Montevideo Colonial había dificultades de acceso al agua dulce y en condiciones de ser consumida.
En 1867, para resolver estas dificultades y poner fin a la escasez, el Gobierno Nacional hizo un llamado para dotar de un servicio de agua permanente a la capital del país. Es así que la propuesta de E. Fynn (uruguayo de 31 años) asociado a Lézica y Lanus (inversionistas argentinos) obtuvo la concesión para el suministro de agua por tuberías a la capital.
Esta vez, la presión de los aguateros no surtió efecto y el Gobierno de Venancio Flores concretó una solución definitiva al problema del agua.
Abastecer de agua de manera permanente a la ciudad, permitió una mejora en las condiciones de vida, de salud e higiene de los habitantes, posibilitando un desarrollo que no podía producirse en las condiciones de escasez previas a esta obra.
En 1868 comenzó la construcción de una usina de bombeo a vapor, una tubería de casi 60 km y la instalación de tres fuentes (plaza de la Constitución, plaza Artola y plaza Flores) que recibían el agua para los vecinos en la ciudad. Montevideo se abría paso a un desarrollo que no sería posible sin abastecimiento permanente y suficiente.
El lugar elegido para instalar la usina fue a 56 kilomentros de Montevideo, en un paraje casi aislado, sin caminería ni tren, a orillas del Río Santa Lucía, en el Paso de Las Piedras, el punto donde las aguas tenían la mejor calidad.
El establecimiento de obreros con sus familias, y luego la incorporación de trabajadores a la planta en funcionamiento, dio origen a la Villa de Aguas Corrientes, un pueblo pequeño que hasta el día de hoy tiene un vínculo muy estrecho con la producción del agua potable.
La Planta Potabilizadora de Aguas Corrientes es hasta hoy la fuente de agua para toda el área metropolitana, abasteciendo a más de la mitad de la población del país.
La primera Usina de Bombeo que funcionaba con vapor, debió abastecer alrededor de 60.000 habitantes y significó una obra gigante para su tiempo, resultando en un símbolo de la Revolución Industrial. Además se importó e instaló la 1ra línea de bombeo con un peso total de alrededor de 13.000 toneladas.
Al comienzo el agua era bombeada en condiciones naturales, es decir que no tenía ningún tratamiento, salvo por la decantación, por la que adquiría aspecto de limpia, por medio de una tubería hacia un depósito ubicado en Cuchilla Pereyra, en las proximidades de la ciudad de Las Piedras, luego se trasladaba el agua por la primera línea de bombeo que recorría 56 km desde Aguas Corrientes hasta la fuente de la Plaza Matriz, donde los vecinos podían ir a abastecerse. Además de esa fuente ornamental, la Compañía debió instalar dos fuentes más, que se ubicaron una en la Plaza de los Treinta y Tres (conocida como Plaza de los Bomberos) y otra en el área donde se ubica el Palacio Legislativo.
El 13 de mayo de 1871, a las 6.50, llegó por primera vez el agua bombeada desde el río Santa Lucía hasta Montevideo. El 18 de julio de 1871 se inauguró oficialmente el servicio con un acto en la plaza Constitución, en el que participó el presidente Lorenzo Batlle. La actividad de los aguateros se fue desplazando hacia los suburbios, y de a poco fue desapareciendo.
En el año 1879 los concesionarios Lezica; Lanún y Fynn, a solo 8 años de haber iniciado el servicio de agua corriente a Montevideo, cedieron la concesión a la Compañía Inglesa The Montevideo Waterworks Cº Ltda., quién estuvo a cargo del servicio hasta que pasó a manos del Estado en el año 1950.